Acerca del sentido común
y la intervención
El sentido común siempre me resultó
fascinante. Lejos de tomarlo como algo pintoresco, en esta reflexión sugiero
tomarlo bien en serio. Si, como menciona Antonio Gramsci forma parte de la
concepción del mundo que tienen las clases subalternas, merece la pena nuestra
atención.
Siempre pensé en que habría que
conocer bien el molde, en caso de que quisiera salir de él en algún momento.
Ahora bien, el molde…soy antropóloga, desde mucho antes de recibirme, y como
diría Levi Strauss esta disciplina está relacionada, en muchas ocasiones, a
alguna sensación de incomodidad que nos genera la propia cultura, el propio
modo de vida. Ahora bien, el molde, los
moldes, son históricos, son contextuales, y responden a intereses diversos.
Para romper el molde, es necesario generar nuevas expresiones, nuevas
prácticas, nuevos discursos, sobre los que sostener nuestra vida cotidiana.
Hoy en día los análisis sobre la
vida cotidiana son diversos. Siempre legitimados por un grupo de profesionales
que responden a intereses, que muy ingenuamente llamamos particulares.
Me preocupa que dejemos de pensar
en conjunto sobre lo que hacemos todos los días, me preocupa que dejemos este
valioso ejercicio en manos de otros. Además de antropóloga soy trabajadora, soy
joven y soy mujer. Pretendo en esta propuesta de reflexión que comparto con Uds.
pensar acerca del sentido común que nos atraviesa, pensar acerca de los
sentidos que tienen nuestras prácticas de todos los días y por supuesto las de
los demás, para subvertirlas, para socializarlas, para visibilizarlas, pero
ante todo para que no se reproduzcan, sin ton ni son, un sinfín de pensamientos
y concepciones de épocas pasadas, manteniendo un estado anestésico de
conformismo individual.
Seguramente el molde que propongo es también producto de mi
época, de mi recorrido personal y social. Seguramente ya está dicho, pero
confío en que los ecos de esta propuesta que es política, que es social,
inclusiva e incluyente, pueda tener multiplicidad de voces, sin perder su
identidad. Entre los jóvenes, entre los pensamientos jóvenes que tienen
memoria, y sobre ella construyen, se abran grietas por sobre el sentido común,
con la intención de tener plena consciencia de qué sociedad queremos practicar,
con encargo y participación.
Lucía Tagnin
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