viernes, 23 de agosto de 2013

Colaboración de una compañera

Acerca del sentido común y la intervención
El sentido común siempre me resultó fascinante. Lejos de tomarlo como algo pintoresco, en esta reflexión sugiero tomarlo bien en serio. Si, como menciona Antonio Gramsci forma parte de la concepción del mundo que tienen las clases subalternas, merece la pena nuestra atención. 
Siempre pensé en que habría que conocer bien el molde, en caso de que quisiera salir de él en algún momento. Ahora bien, el molde…soy antropóloga, desde mucho antes de recibirme, y como diría Levi Strauss esta disciplina está relacionada, en muchas ocasiones, a alguna sensación de incomodidad que nos genera la propia cultura, el propio modo de vida.  Ahora bien, el molde, los moldes, son históricos, son contextuales, y responden a intereses diversos. Para romper el molde, es necesario generar nuevas expresiones, nuevas prácticas, nuevos discursos, sobre los que sostener nuestra vida cotidiana.
Hoy en día los análisis sobre la vida cotidiana son diversos. Siempre legitimados por un grupo de profesionales que responden a intereses, que muy ingenuamente llamamos particulares.
                Me preocupa que dejemos de pensar en conjunto sobre lo que hacemos todos los días, me preocupa que dejemos este valioso ejercicio en manos de otros. Además de antropóloga soy trabajadora, soy joven y soy mujer. Pretendo en esta propuesta de reflexión que comparto con Uds. pensar acerca del sentido común que nos atraviesa, pensar acerca de los sentidos que tienen nuestras prácticas de todos los días y por supuesto las de los demás, para subvertirlas, para socializarlas, para visibilizarlas, pero ante todo para que no se reproduzcan, sin ton ni son, un sinfín de pensamientos y concepciones de épocas pasadas, manteniendo un estado anestésico de conformismo individual.

Seguramente el molde que propongo es también producto de mi época, de mi recorrido personal y social. Seguramente ya está dicho, pero confío en que los ecos de esta propuesta que es política, que es social, inclusiva e incluyente, pueda tener multiplicidad de voces, sin perder su identidad. Entre los jóvenes, entre los pensamientos jóvenes que tienen memoria, y sobre ella construyen, se abran grietas por sobre el sentido común, con la intención de tener plena consciencia de qué sociedad queremos practicar, con encargo y participación.


Lucía Tagnin


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