El rol del Estado en la constitución de las personas como sujetos de Derecho.
En Filosofia del Derecho existe lo que denominamos Género y
Ser Personal. Son dos contraposiciones, que en variados casos son
consecuentes. Si nos paramos en el Género, nos encontramos con la pobre
distinción y caracterización humana, sin la existencia del Ser Personal,
tomando al humano como uno más entre todos. Conocemos que ese hombre tiene una historia pero no la profundizamos.
En cambio, el Ser Personal, se refiere a la concepción individualista
del hombre moderno. Se coloca a la persona como un ser único e irrepetible, con su historia, su pasado y presente que son distintos a los de
cualquier otro.
Muchos se preguntaran a qué viene esta pequeña reflexión
filosófica, y que relación le podemos dar con el momento político que estamos
viviendo en nuestro país. Es muy simple. Inmersos en esta batalla de las
“corporaciones vs. el pueblo argentino” o “el pasado vs. el presente”, podemos
diferenciar una lucha de puja que tiene dos extremos.
De un lado el que piensa
al pueblo y su conjunto como indiferenciados, es decir, como el Género, que no
entiende a la persona según su historia, sentimientos y afectos. Que solo lo piensa como un mero
número más dentro de la vorágine del neoliberalismo foráneo y que le aplica las
medidas políticas destinadas a recortar sus derechos, provocando miserias en
todos los aspectos de la vida.
En el
otro extremo, nos encontramos con lo totalmente opuesto. Un Proyecto Político,
que entiende a la persona como un ser integro e individual, sabiendo de su
propia experiencia particular, el cual marca la diferencia con el primer
extremo que nombramos, ya que toma la gran responsabilidad estatal de
escabullirse dentro de esa historia singular y única que hace a cada hombre,
con el objetivo de entender y subsanar toda necesidad cultura, social, política
y económica que se le presenta a la persona a lo largo de su vida.
Y aquí, nombramos una palabra que está profundamente
relacionada con el propio ser, y el mismo Estado, entendiendo a este como un
concepto político, que son los derechos. La política y el Estado
giran en torno a los derechos de las personas. El Estado como forma de
organización política de los distintos poderes, y como generador de
políticas para la igualdad y la inclusión, debe garantizar la ampliación de
derechos, y no el recorte de los mismos. La política es la herramienta que debe
usar el Estado para transformar las distintas realidades socioeconómicas y
culturales en las que están inmersos distintos seres personales que integran
una Nacion.
Es por esto que la historia argentina no es la misma desde
aquel 25 de Mayo de 2003. En ese mismo instante fue cuando dejamos de ser un
género mas, entro muchos, y pasamos a ser Seres Personales, con un Estado
presente, pero principalmente activo, que genera políticas publicas, que
desarrolla políticas redistributivas, políticas en materia de derechos humanos,
en el area social, cultural, deportiva, educativa, salud, etc, con
el objetivo de ampliar los derechos establecidos por nuestra Constitución
Nacional.
Dejamos de ser aquella factoría noeliberal de los años 90, donde el
Estado privatizaba las empresas públicas, donde el Estado recortaba
jubilaciones a nuestros abuelos y abuelas, donde el Estado generaba desempleo,
y pobreza, donde el Estado destruía la educación publica, y donde el Estado
solamente se subordinaba a las corporaciones y a los intereses de
aquellas embajadas imperialistas, que solo pretendían hacer eco de su posición
dominante frente al mundo con una actitud avasallante, dominante y
prepotente.
Hemos logrado en estos 10 últimos años de historia, que el
hombre pase a ser persona, haciendo que el Estado se interese profundamente por
la realidad en la que vive dia a dia. Es por eso que tenemos la obligación
moral de seguir profundizando este proyecto político, que no se subordina al
mercado ni a las corporaciones, y que le supo devolver al Estado aquella
función que supo cumplir entre los años 1945 y 1955, con el peronismo de Perón,
la de ampliar derechos para que reine en el pueblo el amor y la igualdad.
Facundo Raggio