jueves, 28 de agosto de 2014

Ya tenés a tu disposición la sexta fusión de tinta nacional y pasión por lo cultural.



Mirala online en formato revista: http://issuu.com/revistabarbarie/docs/barbarie_n6
O descargátela para leerla hasta en el baño. O incluso, sólo en él.





















viernes, 30 de agosto de 2013

Aportes desde la filosofía del Derecho

El rol del Estado en la constitución de las personas como sujetos de Derecho.

       En Filosofia del Derecho existe lo que denominamos Género y Ser Personal. Son dos contraposiciones, que en variados casos son consecuentes. Si nos paramos en el Género, nos encontramos con la pobre distinción y caracterización humana, sin la existencia del Ser Personal, tomando al humano como uno más entre todos. Conocemos que ese hombre tiene una historia pero no la profundizamos.
        En cambio, el Ser Personal, se refiere a la concepción individualista del hombre moderno. Se coloca a la persona como un ser único e irrepetible, con su historia, su pasado y presente que son distintos a los de cualquier otro.
        Muchos se preguntaran a qué viene esta pequeña reflexión filosófica, y que relación le podemos dar con el momento político que estamos viviendo en nuestro país. Es muy simple. Inmersos en esta batalla de las “corporaciones vs. el pueblo argentino” o “el pasado vs. el presente”, podemos diferenciar una lucha de puja que tiene dos extremos. 
         De un lado el que piensa al pueblo y su conjunto como indiferenciados, es decir, como el Género, que no entiende a la persona según su historia, sentimientos y afectos. Que solo lo piensa como un mero número más dentro de la vorágine del neoliberalismo foráneo y que le aplica las medidas políticas destinadas a recortar sus derechos, provocando miserias en todos los aspectos de la vida.  
         En el otro extremo, nos encontramos con lo totalmente opuesto. Un Proyecto Político, que entiende a la persona como un ser integro e individual, sabiendo de su propia experiencia particular, el cual marca la diferencia con el primer extremo que nombramos, ya que toma la gran responsabilidad estatal de escabullirse dentro de esa historia singular y única que hace a cada hombre, con el objetivo de entender y subsanar toda necesidad cultura, social, política y económica que se le presenta a la persona a lo largo de su vida. 
         Y aquí, nombramos una palabra que está profundamente relacionada con el propio ser, y el mismo Estado, entendiendo a este como un concepto político, que son los derechos. La política y el Estado giran en torno a los derechos de las personas. El Estado como forma de organización política de los distintos poderes, y como generador de políticas para la igualdad y la inclusión, debe garantizar la ampliación de derechos, y no el recorte de los mismos. La política es la herramienta que debe usar el Estado para transformar las distintas realidades socioeconómicas y culturales en las que están inmersos distintos seres personales que integran una Nacion.
         Es por esto que la historia argentina no es la misma desde aquel 25 de Mayo de 2003. En ese mismo instante fue cuando dejamos de ser un género mas, entro muchos, y pasamos a ser Seres Personales, con un Estado presente, pero principalmente activo, que genera políticas publicas, que desarrolla políticas redistributivas, políticas en materia de derechos humanos, en el area social, cultural, deportiva, educativa, salud, etc, con el objetivo de ampliar los derechos establecidos por nuestra Constitución Nacional. 
         Dejamos de ser aquella factoría noeliberal de los años 90, donde el Estado privatizaba las empresas públicas, donde el Estado recortaba jubilaciones a nuestros abuelos y abuelas, donde el Estado generaba desempleo, y pobreza, donde el Estado destruía la educación publica, y donde el Estado solamente se subordinaba a las corporaciones y a los intereses de aquellas embajadas imperialistas, que solo pretendían hacer eco de su posición dominante frente al mundo con una actitud avasallante, dominante y prepotente.
         Hemos logrado en estos 10 últimos años de historia, que el hombre pase a ser persona, haciendo que el Estado se interese profundamente por la realidad en la que vive dia a dia. Es por eso que tenemos la obligación moral de seguir profundizando este proyecto político, que no se subordina al mercado ni a las corporaciones, y que le supo devolver al Estado aquella función que supo cumplir entre los años 1945 y 1955, con el peronismo de Perón, la de ampliar derechos para que reine en el pueblo el amor y la igualdad.

Facundo Raggio

jueves, 29 de agosto de 2013

Con todos ustedes... La más actual, la última, la bella y la irremplazable... Barbarie Número 5!

¡Disfruten de lo último de este banquete popular que se engulle a sí mismo!



















Colaboración del compañero @AngelOsario

                                                       

"El hecho de ser pobre, nunca me hizo caer en la sospecha de dejar de ser honrado".Atahualpa Yupanqui

       Ya han pasado unos diez años desde que se nos fue. Hoy, si se lo recuerda, es para interpretar alguna de sus canciones y tonadas. ¿Qué dice este hombre, de una labia autóctona y de corazón romántico, que tuvo que soportar el dolor, la huida y el exilio, sobre nosotros?
       En primer lugar, si hay algo por lo que hay que pelear, es lo nuestro. Y allí, la pregunta obligada es: ¿Qué es lo nuestro? No hay que trivializar. No es algo menor ni debe ser tomado a la ligera. Desde los valores éticos que han sabido regir a este suelo desde sus albores, hasta las culturas que tanto nos pertenecen, así como sus prácticas y las aplicaciones en el día a día.
       En una primera aproximación, me animaría a decir: el lenguaje. Pero no porque hablamos español, si no, más bien, "argentino". El lunfardo socavó las bases para invertir y convertir su significado, el de una herencia hispana, en el premio para las nuevas generaciones por venir. Aún así hemos agregado centenares de neologismos, diminutivos, e incluso hemos creado nuestras palabras nuevas. Por lo cual, queda decir que luego de cientos de años, ya tenemos un idioma nuestro, que es la primera herencia cultural y que nos corresponde. Como patrimonio debe ser resguardado y utilizado sin reparo alguno, e inclusive modificado cada vez que su uso lo crea necesario.
       Luego, ¿qué se hace con las palabras? Pensamiento. Expreso o tácito, pero se piensa; o se escribe, se plasma, se transmite o simplemente se va rumiando alguna palabra al andar. El lenguaje es el pilar básico del pensamiento. Nosotros pensamos en palabras, y su vaciamiento de contenido significaría para nosotros arrancarnos una parte de nuestra racionalidad, y sabemos que cuando se hacen cosas que no se piensan, lo más seguro es que terminemos mal.
       Escribimos y pensamos. ¿Y de lo que se ha pensado, qué se ha escrito? Tantísimas cosas al parecer, que inclusive parece que las ignoramos. Y aún más, las olvidamos.

"Me leyó una gitana en la borra el café
que vuelve el Tango.
Se escapó de enredadas partituras
los que no lo conocen, lo pedían
alguien... alguien lo dió por muerto.
¡Qué locura! Si era siesta, nomás,
la que dormía."
Jorge Alorsa

      Hay quienes se han desgarrado el corazón por comprender cómo el argentino vive, cómo el argentino muere. Han descrito con detalles el camino de nuestras vidas. Pero aún, parece ser que, desde nuestro lugar cotidiano, miramos nuestra barcaza inundada, con las piernas en el río, mojándonos en vergüenza.

"Cosa que sucede actualmente, se siembra de dudas el país, cuando uno se pone a meditar: "¿Sabrá la gente por qué va a hablar, cuándo debe hablar, y cuándo debe callar a tiempo?" ¿Para qué? Para que el país, no se oscurezca, para que el país no tenga sombras con respecto a su cultura, a su autonomía, a las buenas costumbres, al buen hábito de ser simplemente eso, tan hermoso y tan honroso, un argentino, y nada más."

Atahualpa Yupanqui

      No pretendo dar respuesta al interrogante ¿Quiénes somos?. No puedo hablar más que por mí mismo. Yo, argentino. Pero hoy mismo estamos viviendo un proceso, que de su éxito depende nuestra futura prosperidad, o nuestro futuro infortunio. Que es la integración con nuestros países hermanos, la maldición del sur revertida. Y nuestra integración depende de cómo nosotros nos veamos frente al mundo. Tenemos una cuenta pendiente con todos nuestros antepasados argentinos, y no sólo ellos, si no también con todos aquellos que compartieron el suelo con nuestros antepasados. Para poder construir la Nación y para poder conformar el Estado Argentino muchos cuellos fueron pasados a degüello, muchos pueblos fueron exiliados, y muchos pelearon por sus ideas, dejando la vida desparramada en este suelo. No puedo responder solo el interrogante. Hago un llamado a todos aquellos que estén dispuestos a responder dicha pregunta en ayuda de nosotros mismos. Nos quejamos sin derecho alguno, cuando vemos el problema, pero no participamos de ningún modo para solucionarlo, formando así, parte del problema. Hoy, la lucha es cultural. Cuando el argentino logre salir a la calle y darle un abrazo a la primera persona que vea, en reconocimiento de una amistad, pero de una amistad que nace en sí, por verse a sí mismo reflejado en el otro, estaremos más que preparados para enfrentar los embates del mundo.
        El argentino debe redescubrirse y levantar del polvo los viejos tomos que se escribieron sobre nuestra vida; pensar sobre lo que se sintió y sus problemas más trascendentales. Llorar como argentino, sufrir, ahogarse en llanto al conmoverse por la dureza de las vicisitudes que sufrieron otros argentinos en el pasado. El argentino debe aprender a vanagloriar a quien él quiera. No dejarse imponer los próceres y héroes. Debemos considerar los valores que representa esta Nación; comprenderlos, modificarlos si es necesario, y aplicarlos a su uso para el futuro. El lenguaje como patrimonio nos permitirá repensarnos a nosotros mismos y a nuestro lugar en el mundo.

        Las personas difícilmente mueren cuando viven conservadas en la memoria colectiva.  A los que crearon este país, a los que nos dieron el lenguaje, a los que nos dieron la libertad, se los debe recordar todos los días. Pensar en cómo hoy podemos estar pensando gracias a él, a ella. Y no cómo los plantamos, cómo los erigimos, y cómo los sepultamos en lugares públicos. Pensar cómo ellos nos dejaron. Pensar.

Ángel Osario


La histórica número 1, ¡más difícil de conseguir que la del Hombre Radioactivo!




















¡No te preocupes más, ya llegó!